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Acostumbrados a la alta velocidad y a coger trenes que cada vez tardan menos en sus recorridos, te queremos hablar hoy del tren más lento del mundo. Y nos preguntarás, ¿y por qué iba yo a querer coger un tren tan lento? La respuesta es bien sencilla. Por un lado, porque el recorrido es el viaje en sí mismo. Y por otro lado, el hecho de que sea tan lento te permitirá recrearte en los bonitos paisajes por los que pasarás, desde verdes valles hasta nevadas montañas. En total, son ocho horas para recorrer 291 kilómetros, pero créenos que te parecerán pocas.
Y es que, desde el imponente Matterhorn hasta la elegante St. Moritz, el Glacier Express serpentea a través de los Alpes suizos en un viaje que parece sacado de un cuento de hadas. Conocido como "el tren expreso más lento del mundo", este icónico ferrocarril ofrece una experiencia única que combina la nostalgia del pasado con la majestuosidad de la naturaleza alpina. A lo largo de sus 291 puentes y 91 túneles, los viajeros son testigos de una belleza escénica que cambia constantemente, desde prados de montaña idílicos hasta picos nevados y glaciares eternos.
El Glacier Express es mucho más que un simple medio de transporte; es una experiencia en sí misma. Este viaje panorámico de ocho horas comienza en Zermatt, un pueblo sin coches al pie del majestuoso Matterhorn. Desde allí, los pasajeros son llevados a un viaje inolvidable que los transporta a través del tiempo y el espacio.
A lo largo del recorrido, el Glacier Express pasa por algunos de los lugares más exclusivos y hermosos de Suiza. Zermatt, con su icónico Matterhorn, es el punto de partida del viaje. Este pueblo sin coches es conocido por su encanto rústico y su impresionante paisaje alpino.
A medida que el tren avanza, llega a Andermatt, un lugar en pleno crecimiento en el corazón de Suiza. Andermatt ofrece una mezcla de tradición suiza y modernidad, y es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y los deportes al aire libre.
Finalmente, el tren llega a St. Moritz, un punto de encuentro cosmopolita de la alta sociedad internacional. Esta elegante ciudad alpina es conocida por su lujo y sofisticación, y ofrece una amplia gama de actividades, desde compras de alta gama hasta deportes de invierno de clase mundial.
Uno de los aspectos más destacados del Glacier Express son las vistas panorámicas que ofrece a lo largo de su ruta. Desde las ventanas del tren, los pasajeros pueden contemplar la belleza natural de los Alpes suizos en toda su gloria. Uno de los tramos más espectaculares es el desfiladero del Rin, apodado el "Gran Cañón suizo". Aquí, formaciones rocosas únicas bordean la ruta, creando un paisaje impresionante.
Otro punto destacado es el Viaducto Landwasser, una obra maestra de la ingeniería ferroviaria que el Glacier Express cruza majestuosamente. Este impresionante puente de piedra añade un toque de grandeza al viaje.
A medida que el tren avanza por la línea de Atbuta, los pasajeros pueden admirar la combinación de belleza escénica y audaz ingeniería que llevó a la inclusión de esta ruta en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Los túneles helicoidales y las vistas panorámicas hacen que esta parte del viaje sea verdaderamente inolvidable.
El Glacier Express no solo ofrece vistas espectaculares de los Alpes suizos, sino que también lleva a los pasajeros a alturas impresionantes. El punto más alto del viaje se encuentra a 2.023 metros sobre el nivel del mar en la frontera con la región de Sri. Esta área, envuelta en leyenda, es una joya oculta en medio de las montañas.
A medida que el tren desciende por el valle del Ródano, los pasajeros pueden contemplar las casas de madera quemadas por el sol que dominan el paisaje. El Glacier Express continúa su camino hasta Zermatt, donde se encuentran los viñedos más altos de Europa y los majestuosos glaciares brillan al otro lado del valle.
Después de 291 kilómetros de viaje, la aventura llega a su fin en Zermatt, donde los pasajeros pueden desembarcar al pie del Matterhorn, uno de los picos más icónicos de los Alpes.
Para aquellos que buscan una experiencia aún más exclusiva, el Glacier Express ofrece la Excellence Class. Los pasajeros de esta clase premium pueden disfrutar de champagne y canapés como aperitivo, seguidos de un exquisito menú de cinco platos con especialidades regionales y maridaje de vinos.
El servicio de conserjería se encarga de cuidar el equipaje en la plataforma y brinda una copa de champagne después de la salida. El interior de la Excellence Class se inspira en los elegantes hoteles de montaña, y cada pasajero tiene su propio iPad con un sistema de entretenimiento que proporciona información en tiempo real sobre los puntos destacados a lo largo de la ruta.
El Glacier Express es mucho más que un tren; es un viaje a través del tiempo y el espacio que revive la gloriosa era de los ferrocarriles de lujo. A medida que los viajeros se sumergen en la belleza de los Alpes suizos, también se sumergen en una experiencia que evoca la nostalgia de un pasado en el que viajar era una experiencia inolvidable.
En un mundo donde la velocidad a menudo se valora más que la experiencia en sí misma, el Glacier Express nos recuerda la belleza de la lentitud y la importancia de disfrutar del viaje. A medida que este tren lento pero majestuoso avanza por los Alpes suizos, nos ofrece la oportunidad de desconectar, reflexionar y maravillarnos ante la belleza de la naturaleza. Es un recordatorio de que, a veces, lo más lento es lo más hermoso. El Glacier Express es un tesoro suizo que nos invita a embarcarnos en un viaje que nunca olvidaremos.
Fotos cedidas por @glacier express.