S
us comienzos en 1807 el tranvía ha jugado un papel muy importante para la historia del cine. Polifacético donde los haya, el tranvía ha sido testigo de escenas inolvidables, como por ejemplo en la película
The Reader (el lector) donde su protagonista, Kate Winslet, trabaja como tranviaria. Si bien no suele ser el protagonista principal de la trama, algunos directores como Luis Buñuel (
La ilusión viaja en tranvía) decidieron inmortalizarlo. Una de las películas más famosas de la historia del cine, protagonizada por Marlon Brando y Vivien Leigh (
Lo que el viento se llevó), y que también plasmó este medio de transporte fue
Un tranvía llamado deseo, donde la intérprete llega a casa de su hermana, en Nueva Orleans, en la ruta del tranvía llamada “Deseo”.
El tranvía no solo está presente en el cine. Son numerosos los pintores que han retratado este fantástico transporte que lleva acogiendo pasajeros como el primer día. Es el caso, por ejemplo, del actual pintor Ernest Descals y sus tranvías de Lisboa.
Además, otro arte pictórico que también acoge en su seno al tranvía es la fotografía. El verano pasado, tuvo lugar la exposición del tranvía de Madrid: “
Destino Madrid, del tranvía al metro ligero, 150 años de historia”. La muestra nos trasladaba al Madrid del siglo pasado, donde el tranvía recorría las calles del centro y era el medio de transporte principal de la época. Aunque ha evolucionado con creces a lo largo de estos doscientos años, la esencia sigue siendo la misma de entonces.